Hoy, sentada aquí en el lugar que creé y diseñé para mi función, acudo a mi memoria para contarte a ti de donde nació la idea de Macucui.

 

Como idea y sin nombre nace conmigo, en tardes de juegos de niñas ensoñando un mañana lleno de magia en nuestras manos y “menjurjes” para sanar a otros, aplicándonos emplastos, e inyecciones imaginarias, curándonos de dolores y fiebres inexistentes...

¡Era mi juego favorito!

​

Luego, con el pasar de los años aparece una necesidad, desde mi trabajo interior, para desconectar mi mente, y ¿qué mejor manera para encontrar dicho propósito que a través del cuerpo? Aparecen cursos, terapias y búsqueda de opciones siempre con el foco en el cuerpo.

 

Luego, sin pensarlo y tímidamente, crece en mi la necesidad, o mejor el llamado, para compartir con otros todo esto que había buscado, aprendido y acumulado en mí y tocara a otros.